jueves, 18 de septiembre de 2008

EL RETO DEL CAPITAL HUMANO

Cualquiera que participe en la industria de software en México estará de acuerdo en que el reto más grande que enfrentamos es el del capital humano. Hay una gran cantidad de proyectos que están detenidos o se están enviando a otros países porque no contamos con la gente necesaria.

De acuerdo a las estimaciones de SG, en México existen cerca de 60 mil profesionistas de software activos –con esto me refiero a personas cuya principal actividad laboral es desarrollar o mantener software. Por otro lado, la cifra no oficial que se maneja en la industria de TI es que hay un déficit de 50 mil profesionistas de TI, de los cuales alrededor de 20 mil son específicamente de software.

De acuerdo con datos del Anuario PROSOFT 2007, anualmente se gradúan 60 mil profesionistas de carreras relacionadas a TI. Esa es una cantidad alentadora, el problema está en que el porcentaje de graduados que cuenta con los conocimientos necesarios para desempeñarse profesionalmente como desarrollador de software es de entre un 10% y 15%.

PROSOFT ha potenciado significativamente a la industria, pero no hemos logrado satisfacer la demanda de gente que hemos generado (ya tengo espacio en el parque tecnológico, tengo infraestructura, conseguí clientes, ¿y ahora donde está la gente para hacer los proyectos?).

Un factor que agudiza el problema es que la mayoría de las empresas de nuestra industria son pequeñas y no tienen capacidad para desarrollar personal, ellos necesitan gente que pueda rendir inmediatamente. Y por otro lado, aquellas que tienen capacidad para desarrollar a la gente no están muy dispuestas a hacerlo por el alto porcentaje de rotación de personal (pirateo).

Los actores de la industria están muy conscientes del reto de capital humano que enfrentamos, y es por ello que la iniciativa fuerte de este año es la de MexicoFIRST. Ayuda a dar enfoque, generar economías de escala, y simplificar los procesos para las organizaciones que contratan servicios para capacitación y certificación. Sin embargo, no debemos perder de vista que las certificaciones solo son el betún del pastel. Previo a lograr una certificación debemos cumplir con los conocimientos fundamentales que requiere un ingeniero de software. Las certificaciones facilitan significativamente la venta de servicios de “staffing” para el extranjero. Sin embargo, todos estamos de acuerdo en que ese es un mercado de bajo valor donde solo se compite por tarifa, y esa es una guerra que no nos interesa. Así que si la estrategia es proveer servicios de alto valor agregado, deberíamos preocuparnos primero por generar gente capaz de entender problemas y resolverlos de forma innovadora.

Las certificaciones son un elemento importante y hay que impulsarlas, especialmente porque son algo medible.

La ANIEI (Asociación Nacional de Instituciones de Educación en Tecnologías de la Información) generó el modelo paracurricular, que es su propuesta para dotar a los estudiantes con los conocimientos y competencias que requiere la industria. El reto que enfrentan actualmente es el de implementar dicho modelo de forma rápida. Digamos que es difícil transformar a 600 instituciones educativas cuando sólo se cuenta con los ratos libres entre clases.

Otro gran problema que enfrentamos es el ciclo vicioso de la experiencia. Las empresas no contratan recién graduados porque no tienen experiencia y estos nunca generan experiencia porque no los contratan, pasan los años y terminan poniendo un Internet café o dedicándose a otra cosa.

Aquí no hay una solución única, sino la suma de muchos pequeños esfuerzos. Una de las herramientas con las que contamos y debemos aprovechar mejor son los periodos de prácticas profesionales que se dan en la mayoría de las universidades hacia el final de la carrera. Hay que armar y gestionar bien estos programas para que brinden experiencia realmente útil a los participantes.

Por otro lado, las empresas deben apostarle más a estos recién graduados.

A pesar de todo esto, no debemos pasar por alto que aunque definamos los mejores modelos de competencias y consigamos todos los recursos para implementarlos, si los estudiantes y profesionistas no le entran a este esfuerzo, todo va a ser inútil.

Le hemos entrado a una competencia global. El gobierno tiene esto muy claro, las empresas también, pero al parecer las personas todavía no. Y mientras no logremos cambiar esta actitud, ningún programa de formación va a servir.
  • Resumen obtenido del articulo "El Reto del Capital Humano" del autor Pedro Galván, extraido de la revista Software Guru.

1 comentario:

kike dijo...

El problema de la falta de personas con las capacidades necesarias para realizar de manera eficaz y eficiente no se hace presente únicamente en la industria del software, sino en la mayoría.

Poco a poco se van haciendo avances para impulsar la industria del software, ahora; ¿Qué es lo que pasa?, que las personas no se capacitan al cien, por eso no se aprovechan las oportunidades que con tantos esfuerzos se han conseguido.

Lo que se dice de las certificaciones también es muy cierto, ya que no es cosa fácil de conseguir, pues se necesita reunir con los conocimientos necesarios para poder obtenerlas, pues la certificación únicamente lo que hace es demostrar que contamos con el conocimiento suficiente, cosa que a nosotros nos habré las puertas en muchos lados, pero no se olviden, hay que estar capacitados para en verdad hacer valer esa certificación.

Por eso se esta tratando de que los programas educativos para el área de software, sean lo suficientemente buenos para capacitar a los alumnos, de igual forma se trabaja con los maestros con programas de estudio o cursos para hacer mas amplios sus conocimientos, es cosa que en mi escuela se ha visto.